Hoy la distancia crece, las
palabras tras el monitor también van a ausentarse por un tiempo. Tengo que calmar
mi sed de amigo escudándome tras un teléfono y algunas palabras de vez en
cuando y de cuando en vez. Sé que la extrañaré como hace mucho no me daba por
extrañar a alguien. Y es que esa zorrilla misteriosa se coló en los espacios en
los que hizo falta la presencia de una mano amiga…
Esperar su regreso cada mañana se
convirtió en los últimos tiempos en el aliento para empezar el día con una
sonrisa. Hoy comienzo a alejarme por un tiempo de estas páginas pero no de ella,
porque allí donde la luz no alcanza, donde los recuerdos se amontonaron entre
talleres y sentimientos añejados, justo en el lugar en que se dibujaba la
sombra de un rayo de sol, solo tú, lograste hacer que germinara una flor.
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