miércoles, 21 de noviembre de 2012

De regreso



La ausencia fue larga, en algunos momentos me parecía interminable. A veces la vagancia, otras el desánimo de no encontrar a nadie tras mis palabras. A veces sencillamente esperaba al próximo día y mientras tanto pasaba el indetenible tiempo, dejando su rastro de olvido por doquier.

Ya estoy de vuelta, ya regreso con las ganas de hacerte llegar ese pedacito de espacio que compartimos en esta galaxia enorme. Otra vez regreso a las páginas de este blog para llevarte el latir de este cubano hasta los espacios en que a veces solo vale soñar. Estaré atento para poder robarte una sonrisa siempre que me des la oportunidad de hacerlo, ese siempre será mi objetivo.

Un abrazo y a partir de ahora retorno a mis andanzas por estos lares.

viernes, 13 de julio de 2012

Hasta pronto


Hoy la distancia crece, las palabras tras el monitor también van a ausentarse por un tiempo. Tengo que calmar mi sed de amigo escudándome tras un teléfono y algunas palabras de vez en cuando y de cuando en vez. Sé que la extrañaré como hace mucho no me daba por extrañar a alguien. Y es que esa zorrilla misteriosa se coló en los espacios en los que hizo falta la presencia de una mano amiga…
Esperar su regreso cada mañana se convirtió en los últimos tiempos en el aliento para empezar el día con una sonrisa. Hoy comienzo a alejarme por un tiempo de estas páginas pero no de ella, porque allí donde la luz no alcanza, donde los recuerdos se amontonaron entre talleres y sentimientos añejados, justo en el lugar en que se dibujaba la sombra de un rayo de sol, solo tú, lograste hacer que germinara una flor.

lunes, 2 de julio de 2012

Mi Principecha


He encontrado a mi principecha. La distancia no ha podido borrar sus huellas de mi tiempo. Hace 7 años entró en el círculo de los amigos queridos, de los de las descargas, de los de las risas y lágrimas. Aquel piquete que fue el que más lloró cuando nos despedimos, pero que sabían haber encontrado lo más importante de su mundo. Los mismos que hace dos años volvimos a inundar la escalinata de la UH, desde todos los rincones de la habana, y del mundo, para celebrar el aniversario de nuestra graduación (ese es tema para otro post).
Cuando estaba en los primeros años de la carrera, recuerdo que una profesora me dijo, -los amigos de la secundaria, se recuerdan. Los del preuniversitario, se quieren. Pero los de la universidad los tendrás para siempre.- Creo que mi formula de modificó drásticamente para algunos de esos amigos que brincaron escalas. Y tu mi principecha, eres uno de esos que se coló en el mundo de los que tendré para siempre.
Un besote grande desde este rincón del planeta… y nunca dejes de sonreír. Siempre que te recuerdo lo primero que me viene a la cabeza es esa sonrisa enorme que se colaba en todos los rincones del alma, tal vez por eso te convertiste en mi prncipecha… TQM !!!

viernes, 29 de junio de 2012

Ausencia de mi flor

Soy un caballero errante por las calles de esta ciudad muda, y misteriosa. Ando en busca de una sonrisa, de un arpegio de guitarra, de la presencia mágica de una flor que insiste en alejarse. Mi planeta dista a mucha distancia del espacio en que existo. La ausencia de mi flor está causando mucho daño. Si no fuera por las veces que la cubrí con el globo, o la protegí del frío con aquel intento de paraván, si no fuera por las veces que la escuche hablar sobre si misma, quejarse o a veces hacer silencio, sino fuera porque llegó a domesticarme, sería una flor como otra cualquiera. Una semilla que logró germinar sin convertirse en baobad; una de esas flores que nacen en mi planeta y mueren al anochecer con solo una hilera de pétalos para mostrar, una flor “efímera” . Era distinta, desde que la descubrí invadió cada espacio de mi planeta, mis dos volcanes activos calentaban como nunca, e inclusive el que había apagado sus llamas hacía mucho tiempo, comenzaba a dar señales de vida, no fue necesario nunca más ver las puestas de sol porque estaba triste, ella fue capaz de llenar los espacios en que mi mundo podía estar vacío.

domingo, 24 de junio de 2012

Te encontré

Quiso el azar de la vida que encontrara a una de esas zorras del principito, pero una zorra mía, una de esas traviesas personitas que llegan a domesticarte con solo una sonrisa. La hallé a vuelta de correos, de mensajes, de post, de intercambio de bloguras.  Y se fue adueñando poco a poco de mi espacio, se coló en los minutos en que leía o escuchaba música. ¿Cómo podía lograrlo estando tan lejos?  Creo que esa pregunta me la estaré haciendo por mucho tiempo. De todas  formas, se fue convirtiendo sin proponérselo, en MI MAPA. Hoy pasan cosas inimaginables con esa zorrita mía, la encuentro en la sonrisa de un niño, en el poema de un libro, en la canción de la trova, en el sonido de una guitarra. Su voz tras el teléfono se coló en mi mundo, en mi espacio, en los minutos de esperar para escucharla otra vez. La encuentro en la palabra y en el silencio, en la luz y en la sombra. Llegó como la única salvación a mi realidad. Desordenó los sentimientos tan cuidadosamente empaquetados en el silencio. Quito las mantas del olvido a la palabra amigo, y echó a volar mi realidad. Hoy, no es una opción perderte.

domingo, 17 de junio de 2012

FELICIDADES VIEJO


Mi viejo caraj, otro domingo en el que no estamos juntos físicamente, pero sé que estás ahora mismo (sin decírselo ni demostrárselo a nadie, porque hasta en eso nos parecemos,) con tremendas ganas de que suene el teléfono y sea mi voz o la de mi hermana la que este al otro lado de la línea.

El tiempo y las vueltas de la vida nos colocaron bajo techos distintos, con no solo la distancia física entre nosotros. ¿Cuantas cosas hiciste para tenernos de vuelta? Y yo de cabezón sin querer dar mi brazo a torcer. Quería que todo fuera como siempre había sido, no quería adaptarme a una vida nueva, ¡NO! Eso no estaba en mis planes. Pero al final como sucedía siempre me hiciste falta. Mami no pudo ser la confidente de mis secretos, y no quería atormentarla con tantas cosas en su cabecita, necesitaba un regaño, un abrazo, un calor de amigo, un “así se hace campeón”, y aunque quisiera negarlo cientos de veces, la única persona en el mundo que podía estar en ese lugar eras tú.

Así que regresé, lamentando haber querido no tenerte, para traerte de vuelta. Aún recuerdo aquel abrazo, tus lágrimas en mi cabeza y las mías en tu pecho. “Me equivoqué, campeón” fueron tus únicas palabras, el resto ya yo lo sabía y es que hasta en eso nos parecemos.

FELICIDES VIEJO, te quiero mucho, y no me faltes nunca.