jueves, 31 de mayo de 2012

Castillo de naipes


Como un castillo de naipes mi corazoncito se vino abajo en un abrir y cerrar de ojos. Se fue, se fue sin tenerla nunca, las palabras no fueron suficientes, querer de veras parece que no siempre es la clave. No importan las flores, los poemas, los aguaceros compartidos, los grafitis, las canciones de regalo, el café de madrugada con una guitarra cómplice, ni los buenos días acompañados de poemas. Se fue sin apenas mirarme. Intenté buscar sus ojos para encontrar respuesta a tantas preguntas pero me fue negado el acceso a ese espacio. Mi corazoncito continuó sin causa aparente, derrumbado cual castillo de naipes.

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